CANGAS EN JULIO

Es el sueño intenso mezclado con las ganas de no irse a dormir, es el levantarse con la boca seca y una resaca de espanto solo para irte a desayunar compuestas aún sabiendo que, con el estómago vacío, la mezcla de licores blancos rebajada con vermouth te va a hacer un agujero en el estómago que te va a salir por la espalda. Es el olor a pólvora, el sabor ácido de la caipirinha y el regusto a potaje de berzas de la abuela, a la caldereta de cordero de Indurain y hasta a las raciones de L´ablugo. Es el olor a vino y las manchas de cubalibre. Es la gente, es el “!Coño! ¡Viniste!”, el “!Pelgar!” que suena al fondo de la calle, el “!¿Pero a qué te dedicas hombre que no se te ve el pelo?!”, el “!Hostia tú!” y hasta el “!Coño! ¿Qué tal?” que le sueltas a quién te para por la calle y a quién mentalmente no terminas de ubicar.

Es la música de las charangas, el yo te quiero dar y el parapa pa aleatorio, es el baile del que baila sin saber bailar ni pretenderlo, es la música inundando el callejón del trasgu, son las xanas con camisas de colores que pasean por la calle, las xaranas, madreñas, mechas, tiradas, polvorillas, gandayas, estalladinas y candelinas, son las mocinas de Cangas mi Cangas. Es el ruido de la gente atestando las calles del vicio, la de toda la vida y la nueva, la de la pretensión galáctica, es el ambientazo en la plaza del blanco, los botes sobre el banco y las copas en el café del Carmen.

Es el atravesar la calle atestada en pos de las camisas rojas que ves al fondo, es llegar y cagarte en todo “!mierda pa los de la alpargata!”. Es el rojo vino, es la peña el sarmiento, más que una peña un sentimiento. Es el arrojo de los nuevos ex juveniles que se prestan a todo, es la boina de Queipo, es Gabino el de Curriellos, es Paniagua, es Ayala el nuevo y el viejo, es el tambor de Sergio, es Víctor con la cámara, es su presidente David con sus embarques, es Avelino, que de Avelino tiene mucho y es lo que es para que algún día sea también Hugo, o Mateo cuando nazca. Es una tradición otorgada, es un tesoro y una responsabilidad heredada para hacer las cosas bien y dejarlo siempre un poco mejor de lo que estaba.

Es el vuelo de las golondrinas sobre la capilla del Carmen, entre el Narcea y el Luiña en Ambasaguas, en primera misa de novenas a las ocho de la mañana, es el tañido de las campanas y las camareras, vistiendo a la virgen con galas de reina. Es la medalla de plata con su lazo blanco y marrón, es ser socio de artesanos, es el ojo critico y la afición al ruido más puro, es saber decir bien tirao o no, es encender la mecha y hablar con Dios, diciéndole aquello de: “y-a que nun se manque naid e”.

Es la tirada de las doce y la procesión de bajada, es la expectativa y los nervios a flor de piel, la carne de gallina con las cargas preparadas a dos metros a la espalda. Es otra vez el tañido de las campanas, los tres avisos del voladoron y la mirada fija en el puente romano, es el primer pendón en aparecer y la primera visión del manto blanco de la virgen del Carmen. Es el ruido especial del primer volador al emprender el vuelo, es el “ahora, ahora”, es la combustión de la primera mecha del primer volador, es girarse a por el siguiente y repetir, es el estruendo creciente, el humo en la boca y hasta las varas cayendo. Es las carreras Cascarín abaxo, es la lengua de fuego de cada máquina a ras de suelo y la explosión de cada carga en el cielo, es cada segundo del final que te deja mudo, sordo y ciego. Es la descarga.

Es volver a empezar cada día, desde la última noche de la Magdalena a la previa a la romería. Es el momento en el que la villa es el mejor lugar del mundo del que ser y en el que estar. Es salir otra vez y no querer volver a entrar, es desear que no se acabe y es quererlo disfrutar. Es Cangas en Julio, es agarrarla y no soltarla, es lo más de lo más.

6 comentarios en “CANGAS EN JULIO

  1. Y los mocos que le dejo a mi padre en el pañuelo todos los años cuando acaba, porque es el único que viene conmigo hasta debajo del manto de la Virgen si hace falta y me torna las varas, como dice él, porque no las veo con las lágrimas. Es todo lo que dijiste y mucho más. Muy guapo, Diego, y muy bien escrito como siempre. Un besin!

  2. Gracias por comentar chicas, y perdón por tardar en contestar Any. La resaca-fin de fiesta ha sido mortal de necesidad este año, me hago mayor para todo. También para escribir en el programa, ni ellos me lo solicitaron ni a mi me da más, este tipo de articulos caen siempre al tópico y tienden, eso sí, a despertar la emotividad de las personas, pero literariamente son menos que un cero a la izquierda y en lugar de forzarlo para incluirlo en el programa he esperado a que me viniese solo, por verdadera inspiración. Espero que se haya notado

    • Yo sólo noto que está bien escrito y lleno de sentimiento, nadie que mire la descarga con el corazón podría verlo de otro modo. Yo no se el valor literario que tiene, sólo que me gusta.

      • Paranoias mías any, es solo que no quiero terminar hablando todos los años de lo bien que huele la pólvora o de lo bien que saben las caipirinhas, aunque luego esnife todo el humo y me beba todas las caipirinhas… jaja Por cierto, atenta a la tirada de mis juventiles radicales, toy preparándole una banda de sicarios guapa pa Mateo, en cuanto nazca a pagar cuota ajaja

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